¿O Simplemente Incomprendido?

Ah, el gato negro. Solo una sombra en la noche, una aparición misteriosa que te observa en silencio. Para algunos, la cúspide de la mala suerte; para otros, simplemente un gato con un pelaje particularmente elegante. Pero seamos sinceros: ¿de dónde viene esa creencia de que los gatos negros traen mala suerte?

Probablemente comenzó en algún lugar de la Edad Media, una época en la que la gente todavía temía a las sombras, a las brujas y a sus propios vecinos. Los gatos negros a menudo se asociaban con las brujas, que en ese momento tenían una reputación bastante mala (gracias, bueno, a todo lo que la gente inventó). Si un gato negro se tomaba la molestia de cruzarse en tu camino, debía ser una señal de que tu día no terminaría precisamente soleado.

Avancemos hasta hoy, y uno pensaría que ya sabemos más. ¡Pero no! Los gatos negros todavía son vistos como portadores de mala suerte. Esto no solo afecta su reputación, sino también sus posibilidades de adopción en los refugios. La gente, al parecer, le tiene más miedo a un gato negro en su sala de estar que a la declaración de impuestos anual.

Pero seamos honestos: ¿quién es realmente el portador de la mala suerte aquí? ¿Tú, con tu jarrón caro que casualmente es frágil y está a la altura de un gato? ¿O el gato que simplemente quería asomarse por el borde porque, seamos sinceros, los gatos no conocen límites?

Y quizás sea hora de invertir el estereotipo. ¿Qué pasaría si los gatos negros trajeran buena suerte? Después de todo, son prácticamente invisibles en la oscuridad, lo que te ahorra mucha electricidad. ¿Y quién tiene un aspecto más lujoso que una pantera negra brillante, pero en formato miniatura?

Así que la próxima vez que un gato negro se cruce en tu camino, guiñale un ojo. Quizás no solo te traiga suerte, sino también un toque de estilo a tu vida. Y si la mala suerte persiste, culpa a tu jarrón, no al gato.

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